11069632_970501449629075_2709884540353459246_nAltura: de 60 a 70 centímetros.
Peso: de 20 a 30 kilogramos.
Color: admitidos todos los colores.
Longevidad: de 12 a 15 años.

Este elegante cazador de figura y porte sumamente aristocrático fue el favorito de los reyes y Grandes de España durante los siglos XVII y XVIII. Grandes representantes de la pintura española como Goya o Velázquez lo retrataron en algunas de sus pinturas. El mismísimo Cervantes también dio protagonismo al Galgo español en su obra, lo que evidencia la importancia y popularidad de la raza en España.

Junto al Greyhound inglés, el Galgo español es el principal descendiente de los antiguos lebreles europeos, y fue cruzado con el Sloughi o lebrel árabe durante la invasión musulmana a la Península Ibérica. La facilidad y velocidad con que este perro cazaba liebres causó siempre admiración entre los españoles y la raza se fue popularizando tanto entre las clases altas –que siempre lo apreciaron- como entre las populares. Privados de munición y fusiles, los campesinos de Castilla y Andalucía pronto vieron en el Galgo español el arma perfecta para dar caza a las escurridizas liebres que poblaban sus campos. El cruce con ejemplares de Greyhound confirió al Galgo español mayor velocidad y distinción lo que hizo que pronto se convirtiera en una de las razas preferidas para correr en los canódromos, una afición que fue en aumento desde principios del siglo XX en toda la Península Ibérica.

Su distinguido porte y la elegancia que desprendía lo hicieron ser el favorito de reyes y nobles en España. Así, el Galgo español fue el compañero de reyes españoles como Alfonso X o la mismísima Isabel la Católica.

Características generales.Lebrel de buen tamaño con esqueleto compacto.galgo1

Cabeza, cara y cuello. Tiene la cabeza proporcionada con el resto del cuerpo. Es enjuta, larga y fina con un cráneo de poca anchura que es recorrido por un surco central bien marcado en sus dos primeros tercios. El hocico es largo con los labios muy finos. Los ojos son pequeños y oblicuos, con forma de almendra y normalmente de color avellana. Su mirada es dulce y tranquila. Las orejas son de base ancha, triangulares y carnosas en su primer tercio y más delgadas y finas hacia el final, que terminan en punta redonda. El cuello es largo y de sección ovalada, bastante plano, esbelto y flexible.

Cuerpo. Es ligeramente rectangular, fuerte y flexible, con un amplio desarrollo de la caja torácica. El vientre es muy recogido y da sensación de fortaleza, agilidad y resistencia. El dorso es recto, largo y bien definido. El pelo que cubre su cuerpo es apretado, corto, liso y muy fino. Una variedad de pelo duro del Galgo español puede presentar barba y bigote en el hocico.

Extremidades. Los miembros anteriores están perfectamente aplomados y son finos, rectos y paralelos. Los posteriores, por su parte, son potentes, con huesos bien definidos y la musculatura larga y bien desarrollada. Los pies tienen la forma habitual conocida como ‘pies de liebre’.

¿El rasgo más característico del carácter del Galgo español? Seguramente, por lo que es mas conocido este lebrel es, sin lugar a dudas, por su gusto por la velocidad. Correr es lo que más le gusta a esta raza y si su dueño le priva de esta afición, el Galgo español no desarrolla su carácter de manera plena. Se trata de un perro muy resistente –gracias a su origen rústico- que destaca además por su inteligencia y su carácter sociable y afectuoso.

Muy amigo de los niños

Puede parecer algo arisco por su aspecto austero y marcadamente rústico, pero el Galgo español es un animal muy afectuoso que hace muy buenas migas con los más pequeños de la casa. Le encanta que los niños le acaricien y le transmitan su cariño. Sabe comportarse cuando está dentro de la casa y no se pone a dar saltos como un loco poniendo en peligro los objetos que se hallen en la habitación. Igualmente, si juegan fuera de la casa, disfruta como un enano galopando con los niños por el jardín.

Buen cazador pero con poco olfato

Cuando toca cazar, el Galgo español es todo un maestro. Tiene una gran inteligencia táctica y mucha iniciativa, cualidades con las que compensa su falta de olfato. Cuando se trata de cazar liebres, no hay quien le tosa a este lebrel. Años de caza han hecho de este perro todo un experto en la caza de estas presas que tienen una manera de huir tan particular –corren dando rodeos- lo que obliga al perro a reaccionar de manera muy rápida.

A este amante de la velocidad le gusta también la buena vida. Y es que no todo es correr para el Galgo español. Una vez se ha hartado de carreras, le gusta reposar y descansar para volver a coger energía suficiente para volver a empezar. Dadas sus excelentes aptitudes físicas y su energía, se hace obligatorio disponer de un jardín donde este lebrel pueda correr y quemar energía continuamente aunque siempre tiene que tener la oportunidad de que pueda salir a dar una buena galopada. La vida en un apartamento es impensable para este perro.

No apto para la vida en la ciudad

La vida en un apartamento o en un piso en la ciudad no es recomendable para un perro de las características del Galgo español. Se trata de un perro al que le encanta correr y la vida encerrado entre cuatro paredes acabaría por deprimirlo, además de repercutir en su salud física de manera notable. Una casa con jardín es aceptable para este perro pero la mejor opción para el Galgo español es una propiedad que cuente con un gran terreno donde el perro pueda correr a sus anchas. Cuanta más superficie disponga para el Galgo, tanto mejor para él.

Buen comedor

Con la cantidad de energía que es capaz de quemar en un día, es normal que este perro tenga buen apetito. Además, esta raza acepta de mejor grado una comida de alta gama, por lo que es conveniente que su dueño lo tenga en cuenta a la hora de alimentarlo. La comida seca es aconsejable, aunque puede complementarse con un poco de comida húmeda. La ración diaria para esta raza está entre los 600 y los 750 gramos.

Un dueño activo

Quien adquiere un Galgo español debe tener en cuenta el animal con el que va a compartir su vida a partir de ese momento. No se trata de un perro de compañía al uso. Es afectuoso y cariñoso, pero tiene unas necesidades particulares de ejercicio físico que requieren un pequeño sacrificio por parte de su dueño. Debe estar seguro de ser apto para el Galgo español ya que, de lo contrario, el perro sufrirá.

Como era de esperar en un perro con una apariencia tan rústica como la del Galgo español, su salud es su mayor activo. No padece de forma habitual enfermedades de tipo hereditario ni tiene problemas congénitos, con lo que su calidad de vida es normalmente bastante elevada.

De todas maneras, las dolencias que más habitualmente se describen en los perros de esta raza son: epilepsia, enfermedad intestinal inflamatoria, torsión de estómago, y también tiene tendencia a las gingivitis.
Los galgos dedicados a la caza o al deporte, por supuesto, tienen más problemas traumáticos y lesiones degenerativas en las articulaciones. Como todas las razas de lebreles, es un perro sensible a los anestésicos y a ciertos medicamentos y antiparasitarios.

Higiene básica

No hay que dedicarle grandes cuidados a un Galgo español. Su pelo muy fino y corto, además de muy apretado, apenas requiere cuidados. Basta con cepillarlo regularmente con un guante de crin para eliminar la suciedad y los pelos muertos. Un poco de aceite en su pelaje cada quince días también ayuda a proteger al perro de la intemperie. Al ser bastante delgado, el frío le afecta de forma especial.

Puppy

Debe comenzar a entrenar al Galgo español a partir de los 3 meses de edad y hacerlo sin brusquedad ni violencia. Es un perro obediente pero nada servil.

¿Sabías que …?

El rey de Francia, Francisco I, que fue vencido por los españoles en Pavía, fue encarcelado en Madrid en 1526 y recibió un curioso regalo por parte del rey Carlos V: un Galgo español le acompañó durante su estancia en la prisión.

Fuente: www.affinity-petcare.com