10403125_994104043935482_3363966420462935530_nGatos y plantas suelen entrar en contacto de forma frecuente por eso es importante conocer las cuestiones que pueden resultar perjudiciales para los felinos
A la mayoría de gatos les gusta jugar con las plantas, ya sea mordiéndolas, rompiéndolas, comiéndoselas o escarbando en su tierra. Aunque a muchos les va bien, hay que ir con cuidado si las muerde de forma constante y prueba todas las que encuentra. Este hecho puede resultar dañino para su salud dependiendo de qué planta se trate así como los insecticidas o fertilizantes que se les aplican. Entre los motivos que le llevarían a esta actividad encontramos la falta de agua, el cambio de hogar o el aburrimiento, entre otros. Muchos propietarios piensan que, cuando un gato ingiere una planta selecciona conscientemente una especie beneficiosa para él. Pero esto no es así, debemos impedir que nuestro gato coma plantas, porque puede intoxicarse.

Si se produjese una intoxicación es crucial no probar remedios caseros y acudir al veterinario lo antes posible ya que la mayor parte de los tratamientos que se realizan ante un envenenamiento, deben llevarse a cabo durante la primera hora tras la ingestión. También sería muy importante saber qué ha ingerido para haberle causado el problema.

Plantas tóxicas
Entre las plantas comunes que se pueden encontrar en un jardín y pueden perjudicar a nuestro gato se encuentran varios tipos. Hay que tener en cuenta que en ocasiones toda la planta resulta tóxica pero en otros casos es solo una parte.

– Las azaleas y los helechos. Para guiarnos podemos tomar como referencia las que la gente suele llamar «lechosas». Es decir, las que desprenden un líquido blanco cuando se las cortan de apariencia lactosa. Esta sustancia, conocida como saponina, resulta muy irritante y puede provocar diarrea y vómitos, a veces en forma de hemorragia.

– Hay otras plantas que también basta con morderlas o consumirlas para que generen una reacción negativa en el gato. Un ejemplo son las plantas como las muguetes -narcisos pequeños-, plantas de navidad -poinsetia-, hiedra, eléboro, hortensia, rododendro y muérdago. Podrían ocasionar irritación gastrointestinal, insuficiencia cardiaca, problemas respiratorios, además de vómitos, convulsiones o hipersalivación.

– También existen las plantas que producen cianuro -los carozos de durazno o melocotonero y de otras frutas- así como otras que contienen alcaloides.

– Con menor afectación encontramos plantas como las campanillas, gladiolos, iris, tulipanes, filodendros o glisinas. En este caso el gato podría padecer diarrea, babeo y en casos extremos lesiones intestinales.

– Podemos cosiderar altamente tóxicos acebo, agrifolio, cardón, xardón, adelfa, laurel rosa, loendro, amarilis, estrella de caballero.

– Resultan tóxicos el caladio, alas de ángel, ciclamen, panporcino, clivia miniata, costillas de Adán, esqueletos, crotón, difenbaquia, espatifillo, lirio de la paz, filodendro, poinsetia, hiedra, hortensia, ipomea, correhuela, jacinto, junquillo, lirio, lirio hediondo, marihuana, visco, tiña, liria, narciso, potus, escindapso, ricino, catapucia e higuera del diablo.

A modo de resumen de todo lo anterior, podemos concluir que prácticamente todas las plantas de interior son tóxicas de una u otra manera.

Cuidado con el veneno
También resulta fundamental tener en cuenta que algunas plantas que no causan ningún daño al gato pueden contener productos para su cuidado que podrían afectarle gravemente.

De la misma forma, solamente una gota de los productos de limpieza habituales como blanqueadores, cloro -lavandina-, quitamanchas, detergentes y desinfectantes podría provocarle diarreas, vómitos, dolores abdominales fuertes, trastornos hepáticos, irritación gastrointestinal e incluso un colapso circulatorio.

Trucos para que no dañe tus plantas
Si otra preocupación son las plantas en sí, que no te las dañe, hay diversos consejos que pueden resultar de ayuda sin ser demasiado costosos.

– Poner cáscaras de naranja en la tierra. Si el gato tiene la costumbre de rascar en la tierra de las plantas este truco puede ser el final de su actividad. Estas pieles emiten un olor muy intenso que les resulta desagradable y provocará que no se acerquen más a las macetas. Otro truco en esta línea es mojar un algodón con aceite de clavo y colocarlo bajo la tierra. Servirá para que no se acerquen ni el gato ni los mosquitos.

– «Hierba gatera» o nepeta cateria. Perteneciente a la familia de las mentas resulta atrayente para los felinos haciendo que se olviden de otras plantas.

– Rociar las plantas con manzana amarga. Este producto se vende en tiendas de animales y su efecto es el de emitir un olor que les alejará de las macetas.

– Impedir el acceso de los gatos a las macetas. En ocasiones puede resultar práctico rodear la planta con una fina tela metálica. Así impediremos el acceso a la planta y evitaremos que el gato escarbe o realice sus deposiciones en la arena de la maceta.