BeagleUn perro es uno más de la familia y como todos necesita conocer los límites y aprender qué puede hacer y qué no, pero ¿cómo se educa a un perro? Sigue leyendo para conocer las diferentes estrategias de disciplina que puedes seguir con tu mascota y cuáles son las más recomendables.

¿Por qué se porta mal tu perro?
Para poder resolver un problema, es necesario comprender por qué el perro se comporta de un modo determinado. Muchos de los problemas de comportamiento de los perros podrían ser considerados actividades caninas normales, pero ocurren cuando el animal no puede expresar fácilmente sus instintos naturales. Piensa en algunos comportamientos normales, pero que se podrían malinterpretar en un contexto erróneo, para intentar entender mejor qué está haciendo tu perro antes de disciplinarlo.

Escarbar
Perseguir cosas
Jugar
Ladrar
No hacer suficiente ejercicio, por lo que tiene demasiada energía
Marcar con su olor
Morder
Lo más importante para que un perro se porte bien: él no es el líder de la manada
El perro es un animal muy social, y para él su hogar es como su manada. La parte positiva es que a tu perro le gusta ser sociable y participar en actividades con los demás. A los perros les gusta complacer a sus dueños y observar el comportamiento de éstos. Además, ciertos estudios han demostrado que suelen ser muy conscientes del estado de ánimo de sus amos. Los problemas de comportamiento suelen surgir cuando un perro busca la posición dominante dentro de la manada, lo que puede conllevar la aparición de agresividad y otros comportamientos indeseados, conductas habituales en un perro que se cree el líder de la manada. Estos perros no responderán bien al adiestramiento ni a la disciplina, y es importante que el dueño establezca un rol dominante sobre su nueva mascota y se asegure de que éste se mantiene. Para conseguir resultados, necesitará disciplina en el momento adecuado, pero una vez que se haya establecido el rol dominante sobre el perro, le será más fácil mantenerlo.

Cómo educar a un perro: tipos de castigo
La manera principal de conseguir minimizar un comportamiento es castigar al perro cuando hace algo mal, por ejemplo, sacudiéndolo firmemente del pescuezo. Sin embargo, la disciplina suele funcionar mejor cuando se hace de manera suave. A continuación, se describen algunos métodos. La disciplina física no es el único castigo posible: privar al perro de algo que desea, un método conocido como castigo negativo, puede resultar igual de efectivo sin tener que recurrir a la fuerza. Por otra parte, recompensar el comportamiento positivo del perro con comida, mimos o juegos es la mejor manera de conseguir que se porte bien más a menudo. Varios estudios han demostrado que el perro aprende más rápido con recompensas que con un castigo negativo. Un tercer método de adiestramiento se usa especialmente para enseñar al perro a obedecer órdenes como “sit” o “quieto”. Cuando una acción específica se asocia con una orden como “sit” y se repite varias veces, el perro acabará por responder automáticamente cuando la oiga. Es, ni más ni menos, lo que describió Pavlov hace muchos años, cuando consiguió que un perro asociara el sonido de una campana con la hora de comer.

Castigo positivo y negativo
El castigo positivo es un término usado para describir la aplicación de estímulos desagradables como respuesta al mal comportamiento, por ejemplo una sacudida del pescuezo, una presión sobre el perro o medidas físicas de mayor gravedad. Para que esto funcione, el castigo positivo debe ser lo suficientemente desagradable como para que desaparezca el comportamiento, pero no tanto como para que el animal sienta miedo, dolor o agresividad, emociones todas que interfieren con el aprendizaje. El castigo positivo nunca se debe usar cuando la reacción del perro esté causada por el miedo. En contraste, el castigo negativo conlleva eliminar algo de valor para el perro como consecuencia inmediata del mal comportamiento. Un ejemplo de castigo negativo sería que el dueño se alejara e ignorara al perro por haber mordido demasiado fuerte mientras jugaban. Al hacer esto, el perro pierde un elemento positivo (la atención). Si se hace de manera constante, el perro entenderá que si muerde se acaba el juego. Los perros son muy buenos relacionando acciones con reacciones, ya sean positivas o negativas. Una de las razones por las que el castigo negativo leve es preferible al castigo positivo son las consecuencias de cometer un error. Un castigo solo surte efecto si sucede como respuesta inmediata a un comportamiento, para que el perro asocie la acción con la reacción. Un error o retraso al aplicar la medida correctiva causará confusión y miedo en el perro que reciba un castigo físico, y podría acabar por impedir cualquier aprendizaje. Si, por ejemplo, el perro te ha mordido mientras jugábais y en consecuencia le quitas la pelota, pero luego te das cuenta de que lo que él quería era coger la pelota y no morderte, se la puedes devolver. Sin embargo, no puedes deshacer los gritos o los golpes. Con el castigo negativo, siempre puedes deshacer lo hecho y devolver lo quitado. Recuerda que, más que solo castigar, recompensar el buen comportamiento es de igual importancia. Los perros familiares siempre buscan atención. También deberás recordar que, para ellos, interactuar contigo, incluso cuando estás enfadado, es mejor que sentirse ignorados. Si tu perro padece un problema de comportamiento que no se puede resolver fácilmente, busca consejo de un experto en comportamiento canino o de su veterinario, ya que hay distintas técnicas específicas que se pueden usar para determinados problemas.

Fuente: www.trueinstinct.com