14581289_1807585432833300_2468672005666685307_nEs cierto que, en general, los gatos beben poca cantidad de agua. Sin embargo, el agua es esencial para ellos por diversas razones:

El agua constituye el 60 % de su cuerpo y se encuentra en todas las células, en la sangre, en la saliva y en otros fluidos, por lo que es necesario reponerla.
La sangre también necesita agua para facilitar el transporte de nutrientes, oxígeno y dióxido de carbono por todo el cuerpo.
El cuerpo necesita agua para regular su temperatura, así como para proteger e hidratar la piel, las articulaciones y los órganos internos.
El agua ayuda a eliminar los desechos que expulsa el cuerpo a través de la orina.
El cuerpo también evacua agua a través de los pulmones, mediante la respiración o el jadeo, algo que los gatos hacen cuando tienen mucho calor ya que segregan muy poco sudor a través de su piel, al contrario que los humanos.

Descendientes del desierto.
En comparación con otras especies los gatos necesitan beber menos agua; se trata de una característica que han conservado de sus orígenes como gatos del desierto, antes de su domesticación. Al habitar en áreas secas y con un clima muy cálido, los gatos evolucionaron hasta ser capaces de obtener de su presa casi toda el agua que necesitan.

Muchas de sus presas, como pueden ser pequeños mamíferos, pájaros, anfibios e insectos, contienen entre un 70 y un 75 % de agua. Algunos estudios han demostrado que los gatos que comen roedores o pájaros no necesitan beber agua salvo si son muy activos o hace mucho calor. De hecho, se ha probado que los gatos pueden sobrevivir varias semanas sin agua, ya que la hidratación que les aporta su comida les resulta suficiente.

Debido a su historia evolutiva, el instinto que lleva a los gatos a beber es menor que, por ejemplo, el de los perros o los humanos. Un perro deshidratado repondrá el agua que su cuerpo necesita al cabo de una hora de tener acceso al agua, mientras que un gato puede tardar hasta 24 horas en ir a beber.

Agua limpia y fresca cada día.
Los gatos parecen tardar más en beber cuando están deshidratados, y la ingesta voluntaria de agua es menos necesaria que en los perros, por ejemplo, cuando la temperatura ambiente es alta. Este es el motivo por el que en las etiquetas de comidas para gatos, especialmente en las de comidas secas, se recomienda que se les proporcione agua limpia y fresca constantemente. Por motivos de higiene y salud, el bol de agua debe limpiarse y rellenarse con agua fresca todos los días. Las comidas secas contienen poca agua, por lo que los gatos necesitan beber para compensar y beberán más agua si toman comida seca que si la toman húmeda. Un gato normal de 4 kg que se alimenta de comida seca debería beber unos 220 ml de agua al día. Si ese mismo gato se alimenta con comida húmeda, solo necesitará beber unos 30 ml de agua al día.

Unos gatos beben más que otros, pero independientemente del tipo de alimentación que lleven, es conveniente fomentar que beban agua. Los gatos prefieren agua fresca y limpia, por lo que el hecho de cambiarla a diario hace que beban más, ya que del mismo modo que hay gatos selectivos en cuanto a la comida, también los hay selectivos con el sabor del agua. Duplicar el número de bebederos en casa es una buena estrategia para los gatos, ya que se ha demostrado que, de este modo, la ingesta de agua aumenta al menos un 11 %. También hay gatos que se animan a beber más agua si esta fluye, por ejemplo, de un grifo o de un bebedero especial para gatos.

Cuando las temperaturas son elevadas los gatos están particularmente expuestos al riesgo de deshidratación, ya que jadean para bajar su temperatura. Esta forma de disminuir la temperatura implica la pérdida de agua por evaporación por lo que los gatos necesitan beber para compensar esta pérdida de agua; de lo contrario, pueden enfermar rápidamente por deshidratación.

A pesar de que sus ancestros provenían del desierto, los gatos siempre deben tener agua a su disposición y nunca se les debe dejar solos sin la posibilidad de beber.

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