10455758_947994178546469_5889109110653225556_nLa convivencia siempre es difícil. No es sencillo encontrar un nivel de compatibilidad bueno entre dos animales, sean o no de la misma especie. Ocurre con los gatos.

Si el dueño ha pensado introducir una nueva mascota en la casa, antes habrá que tener en cuenta cómo será la convivencia. El gato doméstico es una especie capaz de adaptarse con rapidez a su entorno. Será fácil que pronto logre entablar relaciones con otros congéneres, así con nuevos humanos. No todos los gatos son igual de tolerantes con la introducción de un nuevo habitante en el hogar, pero si nos aseguramos de que haya suficientes recursos y que la introducción sea progresiva, el proceso de adaptación será mejor. Únicamente, si se tiene una gata que acaba de tener gatitos, entonces no es recomendable la compañía de otra mascota en ese momento.

Convivir con otro gato
Es difícil poseer un solo gato para algunas personas. Siempre acaba apareciendo un segundo en estos casos. Sin embargo, hay que tener paciencia cuando se inicia la convivencia. Los gatos son territoriales, y que la relación fluya entre ambos puede durar días, e incluso semanas, o hasta un mes. El que ya estaba en casa se sentirá invadido y defenderá su espacio. Por ello puede ayudar, antes de introducir al nuevo gato, frotarle la superficie del cuerpo con un paño, especialmente en la piel de las mejillas y las almohadillas de las patas, y llevar ese paño a casa para que nuestro gato pueda olfatearlo y reconocer las feromonas del nuevo.

Cuando llegue el día del encuentro, se recomienda situar al nuevo gato separado, dentro de una jaula para que poco a poco se vean y huelan pero sin llegar a lastimarse. Los primeros encuentros deben ser bajo la supervisión del dueño. Nunca deben dejarse solos sino se está seguro de que ya mantienen una buena relación. Además, es recomendable recortarles las uñas para evitar que estén afiladas y puedan surgir agresiones. En el caso de la comida, ésta debe servirse en recipientes separados. Igualmente con los baños. Al final, con el tiempo, lo pueden llegar a compartir todo.

El gato y el perro
La convivencia también es posible. Si bien, dependerá del carácter del perro. Hay que tener en cuenta que hay perros más dóciles y adiestrables que otros. Por ello, antes de llevarle como compañero hay que analizar detalladamente la posible situación que pueda desencadenarse. Al igual que entre gatos, con paciencia, ambos pueden llevarse bien. Necesitarán su tiempo, y el dueño nunca deberá dejarles solos hasta estar seguro de su buena relación. Y siempre hay que tener en cuenta que el lenguaje del gato y el perro son distintos. En los casos en los que el perro es un adulto y el gato aún un pequeño cachorro, la relación será más sencilla debido a que uno cuidará del otro.

De hecho, en cuanto gato y perro comprenden el uno el lenguaje del otro, y también descubren que tienen intereses complementarios se acaban llevando a las mil maravillas. Por ejemplo, el gato tiene hábitos nocturnos y el perro diurnos. El gato domina las 3 dimensiones del espacio y el perro solo el suelo -y esto al gato le encanta, porque es muy territorial-.

Lo difícil de ser un hámster
La proliferación de mascotas no cesa y podrían ser muchas las combinaciones. Sin embargo, no todas pueden convivir con un gato. Un gran ejemplo es el hámster. No es buena idea llevarle a casa porque él podría verlo como un juguete o una pieza de caza. Aunque hay casos de hámster y gatos que se llevan muy bien, existen posibilidades de que al verle tan pequeño lo lastime o incluso puede llegar a matarlo sin querer. Cuando la mascota es una cobaya, debido a que posee un tamaño mayor, hay más posibilidades de que se entable una amistad.

Conejos, tortugas y hurones
Si hay un conejo en casa, éstos se asustarán ante los gatos. El primer encuentro será distante, pero poco a poco, y siempre con paciencia, pueden llevarse bien. Y al igual que con las anteriores mascotas es recomendable no dejarles solos hasta que no se sepa de su buena relación.

Por su parte, las tortugas también son buenas aliadas de los gatos. La única preocupación es que juegue con ellas y les dé la vuelta, ya que éstas no podrán darse la vuelta ellas solas.

También suele haber una buena relación entre gatos y hurones. Aunque los mustélidos aún no se han convertido en una mascota muy popular, la gatuna es una especie con la que congenian bien.

El riesgo de los pájaros y peces
Hay ciertos animales que exigen un mayor riesgo a la hora de convivir con un gato. Estos son los pequeños animales de compañía como los peces o los pájaros. Especialmente el peligro radica en el que el gato es un animal carnívoro y depredador, de manera que aunque sea doméstico, siempre conservará su instinto de cazador. Es comprensible que el gato no llegue a comprender que esos animales no son sus presas. En caso de que deban convivir, hay que colocar la pecera y la jaula fuera del alcance del gato. No obstante, con una buena socialización y educación, tal vez existe la posibilidad que nuestro gato conviva pacíficamente con ellos.

Fuente: www.affinity-petcare.com