10731016_910380615641159_1635654629767699694_nIgnorar los ladridos nocturnos de un perro no es la mejor solución. El escándalo molesta a todos, pero solo el propietario es el responsable y debe actuar. Si no lo hace se expone a multas y sanciones.
Una buena educación
Los perros no tienen horarios establecidos que les digan que durante el día se pueden hacer unas cosas y por la noche otras… como dormir. El principio de los ladridos nocturnos de los perros hay que buscarlos en la educación. Tanto por defecto (porque no se les ha enseñado en absoluto), como por exceso (se pone demasiado celo en su misión de guardián y le ladran a todo.)

Educarlo de la manera adecuada y establecer con él unos ritmos de sueño que le enseñen que por la noche debe descansar es un buen principio.

Causas
La soledad, el estrés, un cambio de domicilio y una educación inadecuada influyen el los motivos que incitan a un perro a ladrar. También es más frecuente que los perros de jardín y campo sean más ladradores que los de ciudad. Los pisos inhiben más a los perros, primero porque los ruidos propios de la calle llegan atenuados y segundo porque ya están dentro de la casa.

No todos los perros ladran por los mismos motivos. Hay varias razones comunes a los ladridos nocturnos y se podría hablar de cinco tipos.
1. Llamar la atención
Es el perro ladrador social. Quiere compañía, despertar la atención… ladra porque se siente solo y se desespera. Son los ladridos habituales en los cachorros cuando llegan a casa y se sienten solos por la noche. Una forma de evitarlos cuando llegan a la edad adulta es ignorarles progresivamente a medida que vayan madurando y puedan pasar todas las horas de la noche sin nuestra atención.

2. Entrar en la casa
Cuando el perro duerme fuera de la casa -en el jardín, campo o una terraza- puede ladrar pidiendo que le dejen estar dentro de la casa. Sabe que ante su insistencia, el propietario acaba cediendo para que se calle. La solución es colocar una puerta para perros y enseñarle cómo se usa.

3. En señal de peligro
Los perros guardianes ladran para dar la alarma ante la posibilidad de un peligro. Solo hay que educarlos para que ladren en casos reales y no ante todo lo que se mueva.

4. Amenazando
Extrapolan en rol de guardianes y ante cualquier pequeño ruido o movimiento se lanzan desesperados a ladrar, intentando asustar y poner en fuga a lo que consideran un riesgo. Pero el verdadero problema es que dejarlos ladrar solo puede provocar que acaben mordiendo a alguien.
Estas situaciones se suelen dar en perros con mucho carácter cuyos dueños no han establecido con ellos una relación social adecuada. A veces estos perros creen que son los únicos responsables de la seguridad de la família y esto les genera un gran estrés por su responsabilidad, lo que causa que ladren ante cualquier pequeña señal.

5. Por aburrimiento
Cuando un perro está desatendido, es decir, si no se juega con él, no se le procuran actividades que le distraigan -paseos, atención…- comienza a notar ese desapego y se aburre. Esta falta de estimulación le induce a ladrar sin freno, porque no hace nada más. Puede llegar a ser desesperante y a la vez resulta triste ver a un perro ladrarle a la nada. En ocasiones, esto puede desembocar en un serio problema de comportamiento llamado trastorno obsesivo-compulsivo, que puede requerir la atención de un profesional para corregirlo.

Qué se puede hacer
Hay un remedio eficaz y sencillo para acabar con los ladridos nocturnos. Entendiendo que todo pasa por una buena educación, hacer que deje este mal hábito también es cuestión de educarlo. Cuando el perro se ponga a ladrar hay que procurar que pase algo que le desagrade mucho justo inmediatamente después. Un coscorrón, un golpecito en el hocico… Siempre algo que sea suave y que no implique violencia; tan solo una reprimenda con algo que no le gusta en absoluto. Si se acompaña de un enérgico ‘no’ el resultado podrá verse en pocos días. Eso sí, se ha de ser constante, muy rápido y firme. Si esto no funciona, se puede intentar dar la orden de ‘¡Silencio!’ seguida de un premio, por ejemplo una golosina, si el perro accede a dejar de ladrar. Procurar repetirlo a menudo y tener paciencia, y si empieza a responder, ignorarle cuando ladre para que descubra que ese comportamiento no le resulta provechoso y lo termine abandonando o reduciendo.

Cuando estas técnicas fallan lo adecuado es buscar ayuda profesional. El veterinario podrá hacer un examen y determinar cuáles son las causas de los ladridos, descartando que haya una motivación orgánica, y si no es así, será necesaria la ayuda del etólogo o del educador canino especializado. Así se podrá actuar de la mejor manera.

Cuando se es una víctima del escándalo
Los propietarios de perros que ladran por la noche han de ser conscientes que provocan un escándalo del que ellos son los responsables. Si no hacen nada se exponen a multas, sanciones e indemnizaciones a las posibles víctimas. Los ayuntamientos y las policías locales pueden asesorar. Durante un tiempo proliferaron unos aparatos con ultrasonidos que se conectan cuando ladra el perro y que emite unos sonidos que solo él escucha y que lo inhiben. También existen collares con perfumes a base de citronella, que resulta desagradable a los perros, y que realizan una descarga de esencia solo cuando el perro ladra, para disuadirles.

Fuente: www.affinity-petcare.com