Introducción
Antes de que un perro entre en la familia se ha de conocer todo lo posible sobre sus características y valorar si su tamaño, su carácter y sus necesidades son los más idóneos para nuestro día a día. Sin embargo, también hay que tener en cuenta otro aspecto: el sexo.
Por norma general, la diferencia entre macho y hembra estriba en varios aspectos que se han de valorar, como el tamaño, la fisiología y el comportamiento. Para empezar, a menudo los machos son de mayor tamaño que las hembras. Y a pesar de que esta diferencia casi no se aprecia en algunas razas, en otras implica una diferencia de varios kilos, como en el caso de muchos molosos.
El macho
A comparación con las hembras, es más frecuente que los machos muestren marcaje con orina, levanten la pata para orinar, se escapen en búsqueda de una hembra en celo, realicen la conducta de monta y muestren agresividad hacia perros de su mismo sexo u otros tipos de agresividad ofensiva.
A pesar de que la esterilización puede ayudar a controlar algunos de estos comportamientos, las diferencias entre sexos se mantienen incluso después de la esterilización, ya que extirpar testículos u ovarios no modifica la estructura del cerebro. Cerca del nacimiento, el cerebro de cada cachorro se desarrolla en sentido masculino o femenino, así que hasta sin hormonas sexuales se suelen ver las diferencias entre perros y perras.
La hembra
A menos que sea esterilizada, la hembra tendrá periodos de celo semestrales y, si no se quiere que se aparee, necesita una estrecha vigilancia para evitarlo. El celo conlleva otro inconveniente que puede resultar incómodo, y es que la perra, en este periodo, tiene pérdidas de sangre durante unos 14 días. Además, debido al característico sistema hormonal de la especie canina, los elevados niveles de progesterona tras el celo pueden provocar en las perras síntomas similares a la gestación que pueden ser incómodos para el animal y para sus propietarios -los mal llamados ‘embarazos psicológicos’-. Se muestra nerviosa, busca lugares aislados, adopta y protege objetos inanimados como si fueran cachorros, puede tener el abdomen distendido y las mamas hinchadas y puede llegar a producir leche. Sin embargo, con la esterilización desaparece el ciclo sexual y la posibilidad de tener una pseudogestación.
Hacer criar a una perra puede ser una experiencia muy especial pero también hay que tener en cuenta cual va a ser el futuro de las crías.
¿Diferencias de carácter?
A menudo se escucha hablar de diferencias en el carácter de machos y hembras. Los machos tienen fama de ser más atrevidos e independientes y de ser más aptos para tareas de guardia y protección. En cambio, las hembras tienen fama de ser más cariñosas y de estar más unidas a la casa y a sus dueños. Sin embargo, no hay datos científicos que respalden estas opiniones. Además la gran variabilidad en el comportamiento entre individuos del mismo sexo hace que sea aún más complicada la tarea de identificar las posibles diferencias entre machos y hembras, más allá de los comportamientos relacionados con el sexo.
Elección subjetiva
Teniendo en cuenta estos aspectos, la elección del sexo es una cuestión subjetiva.Si hay otro perro en casa, en esta elección puede ser importante tener en cuenta el sexo del otro perro. Si el perro residente fuera un macho, es preferible optar por una hembra, ya que de entrada esto podría suponer un menor nivel de competitividad entre los perros. Sin embargo, tampoco hay que olvidar que cada perro tiene características individuales y su temperamento, que es el resultado de su genética y de las experiencias vividas, cuenta más que el sexo! Así que independientemente del sexo, cuando se adopta a una nueva mascota no hay que olvidar la importancia de la educación que se le va a dar.
Ante todo, una decisión responsable
La decisión de aumentar la familia con un can conlleva la asunción de las consecuentes responsabilidades y, la primera de ellas, es que ha de permanecer a nuestro lado durante el tiempo que dure su vida. La esperanza media de vida de un perro es de unos 12 años; también y hay que tener en cuenta sus necesidades y su educación.
En primer lugar, un perro necesita que le dediquemos parte de nuestro tiempo diario: necesita salir a pasear varias veces al día, momento en que aprovechará para hacer sus necesidades. No puede quedarse solo en casa durante días… y sus rutinas pueden interferir en nuestro modo de vida pues, por ejemplo, si tenemos la costumbre de viajar es posible que muchos establecimientos no acepten contar con un animal entre sus huéspedes.
Necesita nuestros cuidados
También hay que tener en cuenta el espacio que podremos proporcionar a nuestra mascota, si la climatología es la idónea para la raza y, por supuesto, el espacio de que disponemos. El espacio que necesita un perro de tamaño grande como un Terranova no es el mismo que requiere un caniche o un Schnauzer miniatura. También hay que valorar el tamaño de la mascota a la hora de viajar para proporcionarle el equipamiento adecuado y que pueda hacerlo con comodidad y, sobre todo, con seguridad.
La información, por tanto, es la base para que la convivencia sea posible. Elegir un animal por razones estéticas, sin tener en cuenta sus necesidades vitales es una decisión poco acertada: la falta de conocimiento sobre las necesidades de un perro y la educación que requiere puede llegar a convertirse en causa de abandono.
Fuente: www.affinity-petcare.com